Otra mirada en la historia

sábado, 9 de marzo de 2013

ENSAYO

POPULISMOS.

INTRODUCCION DE ENSAYO:

Desde fines del Siglo XIX, la transición desde la sociedad rural tradicional a la sociedad moderna tuvo ciertas características fundamentales.
Hubo un fuerte contraste entre los centros productores y una periferia cada vez más pauperizada; los terratenientes vivían en las ciudades formando parte de la elite urbana, ejerciendo una influencia dominante en la política.
A lo largo del Siglo XX, en América Latina  fue apareciendo un populismo urbano e industrial, unido a la burguesía y el proletariado, frente a las fuerzas oligárquicas.
Como todo proceso de cambio o modificación de estructuras o sistemas estructurales, el proceso de industrialización modificó los asentamientos poblacionales, provocando una migración del campo a la ciudad.
El populismo básicamente era una corriente política que se basó principalmente en la distribución de la riqueza, adoptó diversas formas tanto en el modelo de sustitución de importaciones, pretendiendo generar riqueza y producción de un país con sus propios medios, sin depender de otra nación, como así también el posterior modelo desarrollista que sería su etapa posterior. En todo populismo siempre se destacó la presencia de un líder carismático bajo el cual se encontraba gobernando la sociedad, era la manera de modernizar países del llamado tercer mundo y elevar su condición como nación.
En los países latinoamericanos, los empleados ligados a la burocracia estatal mantuvieron viejos lazos con la elite hasta su incorporación en el sistema político a través de un partido político que los representara. El populismo fue el canal por el cual los nuevos sectores surgidos al calor de la industrialización se integraron.
Dos aspectos, destacan el análisis del populismo. Por un lado, se da en una determinada coyuntura histórica, esto es, en los momentos en que la burguesía se encuentra débilmente formada como para tomar el poder político y así imponer su proyecto histórico; a la vez que en el seno de las masas populares existe una gran agitación, pero priva la desorganización, hecho por el cual no pueden imponer su fuerza política y de esta forma, mejorar sus condiciones de vida material. Surge de aquí, entonces, una superestructura política e ideológica que a la vez que legítima y garantiza la reproducción de la explotación capitalista, atrae a las masas explotadas haciéndoles uno de sus elementos constitutivos con el fin de cumplir con sus reivindicaciones; y por este medio lograr su control, para así dirigir su potencial política dentro de las causas de expresión de un Estado burgués.
Entonces me pregunto:. ¿El populismo es un tipo de movimiento o un tipo de ideología ?   ¿ El populismo es un fenómeno social ?  ¿ Hay un populismo positivo o negativo ?.

Según Gino Germani[1], en los trabajos realizados sobre el tema en los años 50,  se produce la coexistencia y la superposición, en determinadas etapas, de rasgos de la sociedad tradicional y la moderna.
Intenta encontrar una manera de entender esta forma política, típica de los países latinoamericanos entre los años 1930 y 1950.
En todos los casos, se trata de una alianza social, de carácter urbano, entre la creciente burguesía industrial y la clase obrera, necesaria en esa etapa económica para garantizar un determinado crecimiento que implique desarrollo, que intenta hacer pagar sus consecuencias a los sectores terratenientes tradicionales.
En el populismo[2], se aprecia una tensión existente entre centro y periferia, campo y ciudad. Las cuales se muestran como resultado de complejos y profundos procesos, en un desarrollo desigual entre los espacios.
Comencemos por saber que el populismo ( del latín ”pueblo” )., es un término político usado para designar corrientes heterogéneas, pero caracterizadas por su rechazo de los partidos tradicionales. Los personajes populistas se caracterizan porque afirman enfocarse en el pueblo y velar por este.
El término populismo se ha usado en política con dos acepciones diferentes, una de ellas tiene un significado positivo, pero principalmente se usa aquella con una connotación peyorativa. que es la principalmente usada es el uso de "medidas de gobierno populares".
Con respecto al significado positivo, el populismo se refiere a algún movimiento social, el cual pretende que el poder recaiga más en el pueblo llano, es decir, buscando favorecer a los granjeros, los obreros, pequeños emprendedores, bajo


[1]-Gino Germani sociólogo italiano nacido en Roma en 1911. Murió en 1979. Emigrado a la Argentina en 1934 tras haber estado preso bajo el régimen fascista de Mussolini, en Argentina no prosiguió sus estudios de economía y se dedicó a la filosofía y la socio

[2] El "populismo" (del latín "pueblo") es un término político usado para designar corrientes heterogéneas pero caracterizadas su rechazo de los partidos tradicionales (institucionales e ideológicas), su denuncia de la corrupción política por parte de las clases privilegiadas y su constante apelación al "pueblo" como fuente del poder. Los personajes populistas se caracterizan porque afirman enfocarse en el pueblo y velar por éste.

clero, sindicatos, capitalistas populares (sin contactos con las oligarquías), las clases media y baja y menos poder para las élites políticas y económicas corporativistas y caudillistas. El populismo se basa en el apoyo voluntario, las ideas políticas de la cultura autóctona sin necesariamente caer en el nacionalismo, se opone a los imperialismos..

Pueden, por consecuencia rechazar el desplazamiento social masivo que pueden producir los grandes movimientos de capital o tecnología, así como el rechazo a medidas en torno a reforzar la institucionalidad (excesiva) del Estado unitario o las burocracias profesionales
Ejemplos de este tipo de populismo pueden ser el populismo ruso y el populismo norteamericano del siglo XIX
Sin embargo, el populismo negativo a pesar de las características anti institucionales que pueda tener, su objetivo primordial no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas (en muchos casos los movimientos populistas planean evitarlo) sino el preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas.
No olvidemos que, el populismo no aboga por ideologías precisas o por la concientización y el debate o consenso de tesis políticas o económicas claras sino que aboga por los sentimientos de aceptación masiva de un grupo en el poder y de una ideologización superficial pero intensiva. Por lo cual el populismo no es de "izquierda" o de "derecha", puesto que es una práctica del grupo en el poder y no un movimiento ideológico propiamente dicho.
Erróneamente se identifica el populismo con demagogia. Se preguntarán: ¿Qué es la demagogia[3]?
Es el convencimiento colectivo de las masas para mantener, por el mayor tiempo posible el poder, olvidando cualquier problema y sanando crisis pequeñas para ocultar las dificultades mayores.
Un gobierno con un discurso propiamente estudiado, que es capaz de convencer a las masas de tal forma que posee un apoyo absoluto, entregando la mayor de las confianzas y la representación enceguecida mente a la persona que los maneja. Consiste en gobernar, o tomar iniciativas políticas de manera populista, es decir buscando satisfacer de manera simplista las demandas más triviales y emocionales del pueblo, en el corto plazo. Etimológicamente significa simplemente "guiar" o "llevar" a las personas o al pueblo.


[3] Demagogia (del griego δμος -dēmos-, pueblo y γειν -agein-, dirigir) es una estrategia utilizada para conseguir poder político. Consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda


Puede parecer algo bueno, incluso noble, pero en realidad es una forma emocional y cortoplacista de hacer política, en donde no se mira al futuro intentando construir un mejor país, sino que se buscan votos y apoyo apelando a los deseos más básicos y ciegos de los sectores populares en la población.
Un ejemplo muy burdo pero que sirve para representar el concepto sería el lanzar sistemáticamente billetes o cheques a las multitudes, literalmente; el pueblo se alzaría en ovaciones ante tan "noble" acto, entregando sus votos entre lágrimas de alegría, sin saber o pensar por un instante en las consecuencias: inflación y devaluación eventual del dinero, lo que llevaría a una situación aún más precaria del pueblo en el mediano plazo, una vez que se acabe el "regalo" - el mismo sueldo que recibían valdría menos, quedando así con un menor poder adquisitivo y peor situación para sus familias.


El populismo en sentido positivo, se puede definir como un sistema en el que el poder recaiga más en el pueblo que en sí mismo, no en que los políticos gobiernen por mayor comodidad del pueblo. En sentido general, socialistas y comunistas han utilizado el término populista con el sistema capitalista.
Los sectores conservadores han utilizado el término “populista” para definir a los gobiernos que presentan los intereses de las clases más altas.

En cambio el populismo con un sentido peyorativo, se dá como el uso de medidas de gobierno populares destinadas a ganar la simpatía de la población.

No olvidemos que, el populismo en un sentido positivo se refiere a algún movimiento social, el cual pretende que el poder recaiga más en el pueblo llano, buscando favorecer a los granjeros, los obreros, pequeños emprendedores, sindicatos capitalistas populares y en menor poder para las élites políticas y económicas.
El populismo se basa en el apoyo voluntario, las ideas políticas sin caer en el nacionalismo. Ejemplos de este tipo de populismo ruso[4] y el populismo norteamericano[5] del siglo XIX, pueden estar influenciados por una o varias ideologías.

[4] Populismo en Rusia: Constituyó una estructura ideológica dentro de la cual cabían muchas posiciones, a veces complementarias y a veces antípodas unas de otras.
[5] El populismo en los Estados Unidos fue un movimiento radical, pero no puede considerarse como un movimiento socialista, aunque hubo ideas socialistas utópicas en su seno.

Además, si los procesos de sustitución de importaciones, abrieron paso a nuevos sectores estilistas vinculados con un crecimiento sostenido de las ciudades y del aparato burocrático del estado de crecimiento y profundización de las organizaciones campesinas e industriales en su gran mayoría controladas por compañías extranjeras, europeas y norteamericanas, fue vulnerado por ideas y propuestas que ponían el acento en una movilización de masas, mediatizada por liderazgos de dudoso carisma y de clara propensión autoritaria.

 A principios del siglo XX, el populismo es precisamente, el resultado evidente de la crisis de ese mismo estado oligárquico, que no encontró forma cierta de ligarse con las masas populares, surgidas con la primera globalización capitalista de la modernidad. El populismo que surge con la crisis del estado oligárquico tomó dos vías distintas, pero con frecuencia pocas veces percibidas y dilucidadas, una hacia la dictadura y la cooptación de los movimientos populares, como sucedería con Arbenz ( 1954 ), Perón ( 1955 ), y Goulart ( 1964 ), y otra de franco acercamiento a la idea de la lucha de clases.
Pero si el populismo de mediados de siglo fue la expresión del reacomodo inevitable de la pequeña y mediana burguesías latinoamericanas, en países sobre todo muy volcados hacia las prácticas económicas de agroexportación. Estas se verían seriamente afectadas con las crisis de entre guerras, y con las guerras mundiales, pues el agostamiento de los mercados europeos impactaría con profundidad las habilidades políticas de las viejas oligarquías decimonónicas, para imaginar alternativas no autoritarias. La reducción del espacio de maniobras de estas últimas, fortalecería también el vigor político de los movimientos populares, tales como el de los trabajadores, los campesinos, los indígenas y las mujeres en las principales capitales de América Latina, de esos años.
 Las distintas manifestaciones de los movimientos populares y revolucionarios en América Latina, crecieron notablemente entre los años de 1930 a 1960. Estos son años plenos de luchas sindicales, organizativas en todas direcciones, ideológicas y políticas en el más pleno sentido del término, pues la protesta callejera, la discusión en la taberna, y las confrontaciones estratégicas, electorales y de liderazgo, alcanzaron, durante estos años, alturas, pocas veces igualadas después, con la posible excepción de la Revolución Cubana.
Observemos que, las huelgas en los emporios mineros y bananeros le enseñaron al imperialismo que la mejor forma de combatir este mal, era fortaleciendo los instrumentos represivos puestos a disposición de las oligarquías latinoamericanas y caribeñas. Nos encontraremos con que, al mismo tiempo  que crecen las habilidades y capacidades de lucha por parte de los sindicatos en esos sectores productivos, crecen también el entreguismo y una vocación proimperialista realmente notables por parte de dichas oligarquías.
 Las huelgas contra los monopolios bananeros en el Caribe y América Central, durante los años treinta y cuarenta, fueron prácticas de lucha que impulsaron notablemente el nivel de penetración de los comunistas, por ejemplo, en los sindicatos controlados por el proletario rural. Se llegó a manejar con lucidez política el hecho de que, una multinacional como la United Fruit Company, jamás haría concesiones gratuitas a sus trabajadores. De tal forma que, en Costa Rica, para citar un caso emblemático, la huelga de 1934, no solo fue liderada por un pequeño y bien disciplinado partido comunista, fundado en 1931, sino que también la misma hizo factible el surgimiento de una prensa obrera que planteaba con claridad y contundencia sus posiciones antiimperialistas.

Nadie pondría en duda que, el populismo latinoamericano fue la respuesta de ciertos sectores sociales a la crisis del orden oligárquico[6] a partir de la gran depresión de 1930. En este contexto de transición de una economía agraria a una economía industrial urbana, el populismo puede considerarse como una estrategia de cierta fracción de la burguesía industrial, cuyo modelo de acumulación requirió de la distribución de ingresos y de la ampliación del consumo de las clases subalternas.
Además la ideología populista postuló la armonía y la cooperación de clases, y un antiimperialismo que más bien apuntó a reformular la relación del capital extranjero con el mercado interno.

Bajo el populismo, el estado avanzó sobre las inversiones extranjeras tradicionales vinculadas al modelo agroexportador: petróleo, minería, servicios públicos y transportes. Por ejemplo, el Peronismo en Argentina proclamó la independencia económica de los capitales británico y europeo ( ferrocarriles, servicios eléctricos, tranvías ) y Lázaro Cárdenas en México nacionalizó los ferrocarriles y el petróleo, pero no se cuestionó la presencia de las compañías norteamericanas ligadas a la inversión industrial: alimentos, automóviles, electrodomésticos, etc.
Las experiencias populistas generan, en el plano político, fuertes expresiones de adhesión o de crítica, tanto de las posiciones de izquierda como de la derecha. El concepto, se resiste a desaparecer. Las interpretaciones del populismo han estado atravesadas por los resquemores de algunos intelectuales hacia lo popular, que lo asimilan a la demagogía.
[6] Oligarquíco: En ciencia política, es una forma de gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas pocas personas.
Lázaro Cárdenas en México, Juan Domingo Perón en Argentina y Getúlio Vargas en Brasil.[ En la Argentina, en particular, las dictaduras que derrocaron sistemáticamente a los gobiernos democráticos, lo hicieron con el argumento de que se trataba de gobiernos populistas.
Veamos el caso de: BRASIL: GETÙLIO VARGAS.
De este modo, el Brasil –convertido ya en república, denominada en la historia como "República vieja"- desarrollaría su economía hacia una dependencia cada vez mayor de la exportación de café. Tal es así que en 1930, el 71 % del valor de sus exportaciones provenían del café.
Esta situación económica tenía una correspondencia en la estructura política del país con la llamada "política del café con leche". Se trataba del dominio político de los "señores del café" radicados fundamentalmente en Sao Paulo (la principal región productora de café) que habían llegado a un acuerdo con los ganaderos de Minas Gerais. El pacto, que jamás fue plasmado en documento escrito sino más bien en costumbre, consistía en la alternancia en la presidencia de un representante de la oligarquía cafetalera paulista con un representante de los ganaderos de Minas Gerais.
Esta hegemonía política de los exportadores de café llevó al Brasil hacia una completa subordinación de los intereses generales del Brasil a los de la oligarquía cafetalera. Esto se expresó muy claramente cuando la producción del café llegó a dimensiones tan grandes que ya no pudo ser absorbida por el mercado internacional. Entonces, el gobierno brasilero, a partir de 1906, se comprometió a comprar los excedentes de la producción de café para que no causaran una baja del precio del producto en el mercado internacional.
Esa compra de la producción excedentaria de café, por parte del gobierno brasilero fue financiada mediante deuda externa. De esta manera, los hombres más ricos del Brasil eran subsidiados por el Estado mientras que las vastas masas de campesinos y trabajadores del país se sumían en la pobreza más extrema. Sin lugar a dudas, era un Estado puesto al servicio exclusivo de la oligarquía cafetalera.
En esta situación estalló la crisis económica internacional con el Crack del año 29. Conforme las industrias de los países desarrollados quebraban, la demanda de las materias primas provenientes de los países subdesarrollados bajaba estrepitosamente y consecuentemente los precios también se venían abajo. Esto trajo consigo, como era natural grandes pérdidas y profundas crisis a los países dependientes de la exportación de una materia prima.
Para el Brasil esto significó que mientras en 1929 recibía 445,9 millones de dólares por su café, en 1932 apenas pudo recibir 180,6.
Brasil y su economía del café entró entonces en una profunda crisis. Esta situación fue enfrentada por los "señores del café" con una pretensión de hegemonizar aún más el poder político. De este modo, el presidente Washington Luís (paulista) que concluía su gestión en 1930, promocionó al también paulista Julio Prestes para la candidatura a la presidencia, rompiendo de este modo la costumbre de alternarse en el poder con los ganaderos de Minas Gerais.
Ante esta situación la oligarquía ganadera, sintiéndose traicionada, optó por generar alianzas con representantes de otros estados para enfrentar a las pretensiones hegemónicas de Sao Paulo. Es así que se creo la Alianza Liberal con representantes de la oposición de todo el Brasil contra la oligarquía paulista. El elegido para encabezar la formula de la oposición fue Getulio Vargas, gobernador de Río Grande Do Sul.
Las elecciones fueron reñidas y el fraude electoral realizado gracias a la presión del oficialismo permitió la victoria al paulista Prestes. Se realizó entonces un alzamiento militar -desencadenado tanto por reacción al fraude electoral como al asesinato de Joao Pezoa, candidato a la vicepresidencia con Vargas- que terminó por conducir a Vargas a la presidencia de la república. De este modo comenzaba una nueva era en la historia del Brasil.
 Los primeros gobiernos de Vargas.
La situación se tornaba complicada para el nuevo gobernante del Brasil. Por un lado, la crisis económica no auspiciaba nada bueno para un gobierno que tuviera que administrar una economía tan dependiente de un producto cuyo precio había bajado sustancialmente en el mercado internacional. Por otro lado, la oligarquía paulista no levantaría las manos tan fácilmente luego de su primera derrota.
Lo cierto es que la oligarquía, ahora en posición de oposición, pudo aprovechar el hecho de que Vargas había declarado en suspenso la constitución de 1889 y gobernaba mediante decretos. Tuvo entonces los motivos suficientes para acusar a Vargas de dictador y entonces comenzó su conspiración que estallaría en 1932 con un intento de derrocamiento.
No sería exitosa la conjura pues fue derrotada por tropas leales al gobierno después de algunos combates. Sin embargo, la denominada revolución constitucionalista –así llamó la oligarquía paulista a su intento de derrocar a Vargas- tuvo el efecto de convencer al mandatario de la necesidad de constitucionalizar su régimen.
Se convocó entonces a una nueva Constituyente, en la que votaron por primera ves las mujeres (aunque no los analfabetos), dando inicio a un proceso de reforma constitucional y, a la vez se realizó la elección de Vargas en la Asamblea como presidente constitucional.
No bastaría, sin embargo, esta nueva política para apaciguar los ánimos en el convulsionado Brasil. Un nuevo componente emergería agudizando los conflictos: el de la polarización. Efectivamente, los terribles enfrentamientos entre fascistas y comunistas en la Europa de entreguerras tuvieron la suficiente fuerza como para generar movimientos análogos en Latinoamérica. De este modo, la Acción Integralista Brasileña (AIB) de claras tendencias fascistas y la Alianza Nacional libertadora (ANL) de inspiración comunista, agitarían la política del país hasta el extremo de organizar un nuevo intento revolucionario en Natal, Recife y Río de Janeiro.
Para contener el estado de rebelión Getulio Vargas tuvo que dictar el estado de excepción. Esta vez, la reacción de Vargas fue tan dura que se ha calificado como un verdadero autogolpe. Es así que vargas pondría nuevamente en suspenso la constitución, clausuraría el parlamento y gobernaría con mano dura.
El "Estado Novo".
El autogolpe de Vargas en noviembre de 1937 fue realizado en vísperas de las elecciones pues su gestión se cumplía al año siguiente. De este modo, Vargas se dio modos para continuar en el poder introduciendo una nueva constitución que generaría el "Estado novo". Sin embargo, no fue una Asamblea Constituyente la que redactó esta nueva Carta Magna. Fue Getúlio Vargas que la proponía para que un referéndum popular la aprobara luego.
Ese referéndum jamás se produjo y de hecho el "Estado novo" de Vargas se impuso sin aprobación de una Asamblea ni de un plebiscito popular.
El "Estado Novo" implicó un giro trascendental en la política y en la economía brasileña. Vargas comenzó por declarar el cese del pago de la deuda externa (tanto de los intereses como de las amortizaciones). Esto, junto con un nuevo impuesto a la renta y otro a las exportaciones del café, permitió a Vargas generar y destinar recursos económicos al fortalecimiento de la industria.
De este modo, no solo se invirtió en la infraestructura básica integrando la economía del país, sino también se invirtió en industrias claves por sus efectos multiplicadores. Es así que se crearán el Consejo Nacional del Petróleo (posteriormente convertido en Petrobrás), la Compañía Hidroeléctrica de Sao Francisco, la Fábrica Nacional de Motores, entre otros.
Por otro lado desarrolló una política proteccionista seleccionando muy cuidadosamente los productos de importación para que no compitieran con la naciente industria nacional y, a la vez proveyeran al mercado de los insumos necesarios para la industrialización.
Adicionalmente se quebró el regionalismo de la economía brasilera eliminando los impuestos estaduales que tenían desintegradas a las distintas regiones, a la vez que se generaba una fuerte administración centralista con capacidad de vincular al país.
Esta política económica pudo ser implementada gracias a una movilización política que generó Vargas en los sectores de clase media y obreros de la sociedad. La adherencia de estos sectores a su gestión fue obtenida mediante una legislación laboral y social que beneficiaba significativamente a estos sectores. De este modo se limitó la jornada laboral a 8 horas a la vez que se imponía un salario mínimo, un descanso semanal y la garantía laboral después de los 10 años de trabajo.
Finalmente se generó un sistema de seguridad social que dotaba de cierta seguridad a los sectores laborales. Estas medidas le valieron al presidente el rótulo de "el padre de los pobres".
La adherencia popular fue cuidadosamente organizada mediante la promoción desde el estado de un sindicalismo fuertemente guiado y controlado por el Estado. Una ley de sindicalización determinaba que los estatutos de los sindicatos debían ser aprobados por el ministerio del trabajo. De este modo se crearon sindicatos prácticamente en todas las ramas de la industria y con ellos Getulio Vargas creó el Partido de los Trabajadores del Brasil. De este modo, el "Estado novo" generaba un corporativismo en el que nacía una nueva fuerza política sustentada en la movilización de una fuerza social considerable.
La política internacional también rindió réditos al gobierno de Getulio Vargas. Inicialmente el gobierno brasileño había proclamado su neutralidad en la segunda guerra mundial, algo que de alguna manera implicaba una cierta simpatía de Vargas hacia el régimen fascista de Mussolini, lo que puede ser ilustrado mediante la generación de un estado corporativista al típico estilo del estado fascista de Italia.
Sin embargo, luego del bombardeo japonés al puerto estadounidense de Pearl Harbor, los países latinoamericanos fueron presionados para condenar y romper relaciones con las potencias del eje. Alemania reaccionó bombardeando barcos brasileños en represalia por el abandono de la neutralidad.
De este modo, Getulio Vargas fue empujado a declarar la guerra a Alemania bajo el auspicio de Estados Unidos. La incorporación de Brasil a la guerra implicó la organización de una Fuerza Expedicionaria Brasileña que participó en el frente sur de Europa.
Esta política internacional generó una apertura con el gobierno de Estados Unidos que se tradujo en el financiamiento de la construcción de una usina siderúrgica de Volta Redonda. De esta manera, la nueva industria siderúrgica daría un renovado impulso al proceso de industrialización.
El gobierno de Getulio Vargas llegaba a sus 15 años cuando fue depuesto por un golpe militar el año 1945. Terminada ya la guerra, la oposición consideró propicio el momento para presionar por una redemocratización. Como la decisión de Vargas de constitucionalizar el país demoraba, entonces los militares decidieron apresurar el proceso realizando un golpe de Estado.
El retorno de Vargas.
No sería, sin embargo, el retiro definitivo de Getulio Vargas. Volvería a la política al poco tiempo de ser depuesto, cuando se realizaron las elecciones. Es así que fue elegido senador por Río Grande do Sul y luego en 1950 retornaría a la presidencia del Brasil esta vez por medios electorales. Sin lugar a dudas fue una dura derrota para la oposición de Vargas que siempre lo había acusado de ser un dictador.
La segunda gestión de Getulio Vargas fue, sin duda menos trascendente que la primera, aunque aprovechó para consolidar el proceso industrializador con la creación de Petrobrás y Electrobras. También promocionó un aumento del salario mínimo en un 100 % que fue uno de los motivos para que las clases oligárquicas comenzaran nuevamente la conspiración para derrocarlo y en agosto de 1954 los rumores de golpe eran cada vez más insistentes.
En esta situación, Vargas se suicidó dejando una carta que sería conocida como su testamento político. En ella acusaba Vargas a la oligarquía de haberlo atacado por defender a los pobres, por eso terminaba su carta diciendo "salgo de la vida para entrar en la historia". Mientras uno de sus colaboradores, Tancredo Neves, leía la carta por radio, gente pobre y humilde de las favelas de Río de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre se concentraban en el centro de las ciudades para manifestar su repudio a aquellos a los que Vargas había identificado como a sus enemigos.
Esa tremenda movilización de masas logró que el golpe planificado jamás se realizara y de este modo, los seguidores de Vargas, asumirían el poder y conducirían al Brasil durante los próximos años. Por eso, hay quienes sostienen que Vargas venció a sus enemigos con su muerte.


CASO ARGENTINA: JUAN D. PERÓN
Perón, una clásica expresión del populismo
La relación entre el Estado argentino y las clases populares, fue cambiante de acuerdo al contexto y es necesario, por lo tanto, entenderla en dos momentos: 1946-1952 y 1952-1955.
El peronismo en su primera etapa
En el primero de estos momentos, el Estado logró movilizar amplias franjas de las masas tras programas animados que tendían a favorecerlas. Perón prometía medidas de bienestar y crecimiento industrial protegido. De esa manera, la clase obrera logró identificarse con él y fue en esa coyuntura que esta logró mayores oportunidades.
Luego de 1946 el Estado peronista jugó un rol fundamental en la organización masiva de la clase trabajadora. Sin embargo, en esta relación, no es correcto considerar a los trabajadores como una clase pasiva que se encuentra en un estado de anomia. En verdad, estos poseían una autonomía relativa con respecto al Estado cuyos reclamos tenían el objetivo de que fueran reconocidos los derechos sancionados por su líder.

Un viraje de la política peronista
Para el segundo momento la relación se ve modificada, pues el gobierno peronista llevó a cabo un viraje de su política económica con el objetivo de alcanzar una mayor productividad industrial para solucionar la crisis que desde fines de la década de 1940 se había desatado. El sector afectado no fue otro que la clase obrera, pues el gobierno debía disciplinar a su principal base de sustentación política.
El problema era cómo llevar esta cuestión adelante, pues ese cambio de rumbo socavaba el bienestar social de la clase obrera y debilitaba la relación entre el Estado y los trabajadores.
La clase obrera se encontraba más organizada y tenía un relativo control sobre las decisiones de la producción. Libertad y poder fue lo que intentaron defender defender a partir de protestas que, a diferencia de años antes, eran claramente defensivas puesto que los obreros se resistieron a los planes racionalizadores y productivistas que el gobierno intentó propulsar.
Dos etapas en los gobiernos peronistas
La Argentina peronista ostentó una posición favorable hacia los trabajadores hasta 1952, momento en el cual intentó aumentar la productividad industrial, viéndose la clase obrera afectada. Una idea tradicional, cuyo autor fundamental es Germani, establece que la clase obrera fue pasiva y heterónoma y fue el peronismo quien la integró a la política.
Sin embargo, una visión diferente –analizada en los trabajos de Doyon y Schiavi– establece que la clase obrera se defendió de dicho ataque gracias a la autonomía relativa que gozó, la cual le permitió luchar por el poder y la libertad que habían ganado en la década de 1940.

En definitiva: El populismo surge como respuesta a la crisis de las oligarquías liberales y forma parte del proceso de constitución de las relaciones de producción específicamente capitalistas en los países de la región, dado que el Estado oligárquico combinaba aún un liberalismo en las relaciones externas con un paternalismo en las relaciones sociales internas.

Analizando el peronismo, Germani (1968) sostiene que siendo cierto que el líder manejó a las clases populares, también es verdad que les dio un grado efectivo de participación, lo que además significó la creación de ciertos espacios de libertad real. Este hecho, entre otros elementos, diferencia al populismo del fascismo y del nazismo. Así, el sentimiento nacional es consecuencia o resultado de la participación creciente de las clases populares en la ciudadanía. No obstante, las reformas sociales ejecutadas tenían que ser aceptables para las élites económicas, lo que colocaba al líder en una posición de difícil equilibrio.
Es por eso que, , todo populismo responde a situaciones de tierra, identidad, sangre, historia, biografía, bien común, idioma y religión”

El populismo en América Latina ha evolucionado desde una tendencia izquierdista hacia una posición neutral en nuestro tiempo; así como los avances en el quehacer político así como en las estructuras, de poder y en la tecnología de las comunicaciones han orientado al populismo hacia una tendencia que resulta manipulable. Por lo tanto en el manejo del populismo desempeña un rol muy importante el manejo de la opinión pública, un aspecto que determina triunfos electorales.


No es la solución es solo un mecanismo que utiliza el grupo de poder de turno para aprovecharse de las masas menos favorecidas que creen en los “eternos cantos de sirena” como solución a todos sus males, los líderes populistas saben que pueden echar mano del descontento y la desilusión y de los errores del pasado para conseguir sus fines. El peligro está en que esa masa desilusionada despertará alguna vez y tal como decía Aristóteles “Cuando se desata la “animalidad” de los hombres” puede llevar a consecuencias insospechadas.





















Ensayo Intervenciòn


INTERVENCIONISMO
INTRODUCCION
El modelo de desarrollo hacia adentro que se había popularizado en virtud de la guerra mundial fue estimulado por los EEUU que preocupados por conservar bajo su égida a los países latinoamericanos, contribuyeron de diversas maneras al desarrollo de sus economías.
 El imperialismo norteamericano, instaló en el poder, sostuvo y nutrió a ciertas  dictaduras de las más penosas de la historia política reciente de América Latina.  el enorme papel histórico jugado por los dictadores y las dictaduras en América Latina fueron determinantes en el desarrollo político de nuestros países, no sólo por los niveles de ingerencia alcanzados hasta en lo más personal de la vida cotidiana de los seres humanos, sino también por la naturaleza de las relaciones establecidas con el mundo y, particularmente, con el gobierno y la sociedad norteamericanos.
La ampliación de la influencia norteamericana en el continente, tuvo  una influencia  extraordinaria sobre la economía, la sociedad, la política y la cultura de los latinoamericanos. La intervención no solo se lleva a cabo de manera directa, es decir con la fuerza, también existen otros medios indirectos de intervensionismo, como lo es el económico , el diplomático y   el de tipo psicológico, ideas tales como la del destino manifiesto. Este elemento ideológico juega un importante papel en el intervencionismo .
 Detrás de todas las intervenciones se halla un interés económico, aunque para las décadas de la guerra fría el peligro ideológico era un factor a temer.

En la historia del intervencionismo estadounidense en América Latina debemos tener presentes a dos actores sociales importantes: los inversionistas (capitalistas) y los militares. La historia de las inversiones en América Latina para explotar los recursos naturales de estos países se parece mucho a la dolorosa historia de las explotaciones coloniales, Compañías que toman todo para si, succionan las riquezas del suelo y acumulan  millones a favor de unos pocos accionistas.
En América Central el deterioro efectivo de la influencia británica puede registrarse desde 1905 y el derrumbe con la crisis del 30 intensificará la dependencia de toda américa latina, lo cual incrementa notablemente la injerencia norteamericana,  que en ningún momento garantizaron un relevo simultáneo por parte de los Estados Unidos, pero facilitaron el ritmo y el paso a través del cual los norteamericanos remodelarían las relaciones de países como Argentina, Chile, Uruguay y Brasil con los ingleses.
Las soluciones autoritarias, no son el resultado único de la incapacidad política de nuestras clases dominantes, que no pueden imaginar soluciones alternativas, sino también de las distintas formas que el imperialismo norteamericano ha encontrado para impulsar una política exterior hacia la América Latina, donde no caben más salidas que la guerra, la manipulación y los juegos diplomáticos de perfiles geopolíticos totalmente fuera del control de nuestros pueblos.
¿Es posible  creer que los Estados Unidos asumieron  la posición de defensores de las democracias latinoamericanas?
Durante la década de 1890 a 1900 los Estados Unidos tomaron diversas iniciativas con España, reconocía la independencia cubana y al mismo tiempo  se afirmaban en el Caribe, ocupando Cuba hasta 1903. La intervención de Estados Unidos en la independencia cubana dio a luz una máxima del cinismo intervencionista del coloso del norte: la enmienda Platt. Si bien la doctrina Monroe fue una declaración de esperanzas futuras más que un plan de actuación directo  la enmienda Platt es la materialización legal de la doctrina Monroe. Con la enmienda Platt, incluida en la nueva constitución cubana, los Estados Unidos se arrogan el derecho de intervenir en los asuntos internos de la isla cada vez que lo consideraran necesario, lo que legaliza el derecho de intervención, y quita a Cuba uno de los principios liberales más importantes: la soberanía.
En 1895 el presidente William McKinley había aceptado la idea de que los Estados Unidos eran responsables de la ley y el orden en el Caribe. Cuba era otra vez el centro de atención.. El hundimiento del Maine fue la gota que derramo el vaso en torno a las tensiones que sobre Cuba pendían. Los Estados Unidos declararon la guerra a España. Invadieron Cuba, Puerto Rico, la isla de Guam y las Filipinas. Roosevelt lanzaría otro corolario a la doctrina Monroe, reforzando ideológicamente el papel de los Estados Unidos como guardián de las Américas. Por este corolario los Estados Unidos se convertían en policía internacional.  algunos países latinoamericanos,  hacen necesaria la intervención de alguna nación civilizada, y en a ejercer un poder de policía internacional”. Los Estados Unidos ya no solo vigilarían América de las potencias europeas, sino que ahora vigilaría a los paIses latinoamericanos de si mismos.Entre 1906 y 1909 se da una nueva ocupación de Cuba.

En un conflicto  en 1905 infantes de marina desembarcaron en República Dominicana y asumieron la administración de la aduana, destinando el 45% de los ingresos aduaneros al fisco dominicano, y el resto al pago de la deuda externa.
W. H. Taft  agregó otro corolario a la doctrina Monroe: no solo la ocupación política de una zona independiente en las Américas por parte de una potencia extracontinental constituyen una violación de esa doctrina, sino que la vulnera hasta el establecimiento de la influencia económica de sectores privados extranjeros. Se presionaba a los países del caribe a negar concesiones y contratos al capital europeo y japonés.
Cuando Wilson llegó a la presidencia de los Estados Unidos, lanzó un discurso contra el imperialismo, sin embargo en la práctica continuo con la política intervencionista de sus predecesores. En 1915 se intervino en Haití a causa de conflictos internos. Los marines permanecieron en la isla durante 18 años. Haití suscribió un convenio por el cual se convertía en un protectorado de los Estados Unidos. La misma constitución haitiana fue redactada por norteamericanos. En 1916 se da la ocupación de República Dominicana.La ocupación militar en Haití y en República Dominicana permitió a los capitalistas norteamericanos extender y consolidar su control sobre los ingenios azucareros y otras fuentes de riqueza.
La República Dominicana estuvo ocupada desde 1916 hasta 1924, fecha en que el gobierno fue devuelto a los dominicanos; sin embargo destacamentos militares estadounidenses permanecieron en el país. Las aduanas dominicanas estuvieron en manos de estadounidenses hasta 1940
La ocupación militar en Haití y en República Dominicana permitió a los capitalistas norteamericanos extender y consolidar su control sobre los ingenios azucareros y otras fuentes de riqueza
Con la presidencia de Franklin D. Roosevelt se inicia la “política del buen vecino”, que consistía en el respeto a la soberanía de los países latinoamericanos. Esta política  fue un intento por desvincular las iniciativas diplomáticas de los intereses de los inversionistas.  la nueva línea  hacia América Latina se explica por dos factores:  el debilitamiento del sector capitalista a causa de la recesión que aumento la autonomía y el poder del Estado y  el poderío de los Estados Unidos en América Latina ya estaba solidamente afianzado, lo que permitía una actitud más reposada y liberal. En 1933 se da el retiro de tropas en Haití y en 1934 se anula la enmienda Platt.
A partir de 1948 los Estados Unidos regresaron a la línea dura contra Latinoamérica. En el marco de la guerra fría comenzaron a alentar el establecimiento de regímenes de fuerza protocapitalista y anti izquierdistas en los países subdesarrollados. En su política conservadora y represiva hacia América Latina los Estados Unidos trataron de valerse de dos medios adoptados por la comunidad interamericana en los años de 1947-48: el Tratado Interamericano de Asistencia reciproca (TIAR) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
El auge de la guerra fría llevó a los norteamericanos a colocar la seguridad militar y policial por encima de cualquier otra consideración en lo referente a los países subdesarrollados sometidos a su hegemonía. La política de luz verde a las corrientes autoritarias conservadoras, junto con la práctica de calificar de comunistas a todos los movimientos populares tendientes hacia la transformación del sistema social, hicieron posible el derrocamiento de los gobiernos democráticos de Venezuela y Perú en 1948 y de Cuba en 1952. Después de que triunfa la revolución cubana los Estados Unidos intervienen en el desembarco a Bahía de Cochinos en 1961 y en 1962 logra que los países latinoamericanos declaren que el sistema cubano es incompatible con el sistema interamericano, dominado y estructurado por ellos mismos.
 Podría decirse de los procesos revolucionarios que han tenido lugar en América Latina y el Caribe, durante los últimos dos siglos, los cuales registran solamente dos revoluciones exitosas, la revolución haitiana de finales del siglo XVIII y principios del XIX, y la Revolución Cubana en el siglo XX; puesto que tales revoluciones fueron distintas formas de adentrarse en la modernidad, mediante los consabidos traumas y dislocaciones  en sus mecanismos para saldar cuentas con el capitalismo como sistema económico, social y político, es indisputable la presencia del imperialismo en todos estos procesos revolucionarios que han tenido lugar en Latinoamérica, en tanto que guardián de sus propios intereses y de aquellos de sus aliados en la región.

En algunos países la simple y brutal represión fue la respuesta ofrecida por dictaduras que no estaban dispuestas a ofrecer ninguna clase de concesión a los campesinos, los indígenas y los trabajadores que buscaran ponerse por fuera de la institucionalidad establecida para que la economía nacional funcionara al menos con cierto grado de precariedad. La masacre de 1932 en El Salvador, perpetrada por la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez , presagiaba la clase de respuestas que las dictaduras oligárquicas en América Central, con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, estaría dispuesta a ofrecer cuando el perímetro de su dominación se viera amenazado. Y aunque la participación del gobierno y del ejército de los Estados Unidos en la insurrección de 1932 en El Salvador, estuvo más bien reducida a ofertas esporádicas de intervención en apoyo de la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez,  en ciertas ocasiones varios destructores norteamericanos estuvieron vigilando las costas del Pacífico salvadoreño, a la espera de ser llamados para “poner orden”. Con sabiduría política, el dictador rechazó la oferta en vista de que las invasiones e incursiones militares de los estadounidenses en aquel momento, en otras partes de América Central y del Caribe, les habían granjeado una amarga animadversión al punto de que, tal auxilio, podría ser considerado más bien un total desprestigio ante el mundo y el resto de América Latina.